domingo, 1 de abril de 2012

FOBOS Y DEIMOS - DE JORGE JUDAH CAMERON

El miedo y terror de los arios acabó, y los ojos del ungido a todos por igual, sin colores, sin rencores, iluminó. J. J. Cameron.


Cautivo,
por aquellas lunas marcianas,
los chakras de mi cuerpo,
señalaron el camino.

El dios Marte,
en carruaje de hierro iba,
con sus dos corceles negros,
por las glorias de su César.
Mientras Roma,
continuaba conquistando,
proseguía sometiendo.
Mas el cielo que observaba,
la llegada de otro reino,
sacudía al gran imperio,
con su sangre derramada.

Yo, esclavo,
marginado y oprimido,
mis espadas deponía,
por la gloria de otro hombre,
que nacido en la pobreza,
perpetuaba su grandeza.
Ayer
su muerte no fue en vano.
Hoy
yo sé que volverá
y por mil años reinará,
mas no dejes que se vaya,
te lo ruego hermano
te lo ruego,
no dejes que se vaya.
¡Nunca más!